Soledad y Erasmus. Cómo he aprendido a sobrellevar mi enfermedad mental estando de Erasmus.
¡Hola!
Quizás este post no sea específicamente algo necesario para un Erasmus ni cosas útiles para el mismo. Pero, quizás lo es para mí.
Tras años de vivir con mi enfermedad mental, he de decir que he crecido en entendimiento.
Mis sentimientos me han llevado por malos caminos, he pensado cosas que quizás la mayoría nunca han pensado, ni reflexionado. Desde auto sabotearme hasta quitarme la vida mis sentimientos siempre a flor de piel me han dejado secuelas psicológicas que nunca he dicho a nadie.
El Erasmus, ya sea donde sea, es un ejercicio mental solitario. No puedes pedir ayuda tan fácilmente. No puedes ir a un psiquiatra ni psicólogo, a menos que te sea estrictamente necesario para evitar hundirte completamente. Comprendes que las relaciones que te rodean pueden ser pasajeras y es posible que a la mínima dejéis de hablar, incluso quizás nunca les hables de tus problemas o de tu pasado. Es un ejercicio personal. Y en mi caso, ha sido sobre la comprensión y empatía hacia los demás.
Soy una persona que se pone enferma rápidamente y a menudo. Y en estos casos normalmente no puedes dejar que todo el mundo se preocupe por ti, tan seguido ni tan fuertemente cada vez.
He comprendido que por muy mal que esté o por muy sola que me sienta, no puedo forzar a los demás a comprenderme ni a cuidarme ni tenerme en cuenta. No puedo hacerles sentir culpables de mi egoísmo.
El Eramus es un ejercicio que debo hacer para en el futuro continuar adelante por mí y por los demás.
No importa si los demás no te tienen en cuenta pero tú si quieres tenerles en cuenta a ellos. No es injusto que lo hagan, es injusto culparles por lo que sienten o hacen. Muchos de ellos quizás nunca se lo han planteado, porque es normal no hacerlo. No son insensibles, no son malas personas.
Eso no quiere decir que yo lo sea.
Somos diferentes y vemos todo de diferente color.
No puedo villanizar a nadie, ni culpar, ni recriminar ni juzgar sólo por cómo mis sentimientos han interpretado sus acciones.
El Eramus me ha dejado hacer un ejercicio mental y personal.
Sobre mi vida y cómo la de otros afecta a la mía.
Quizás al volver a casa para el siguiente cuatrimestre, aprenda cómo afectar la vida de otros y como sus vidas son afectadas por la mía.
Quizás este post no sea específicamente algo necesario para un Erasmus ni cosas útiles para el mismo. Pero, quizás lo es para mí.
Tras años de vivir con mi enfermedad mental, he de decir que he crecido en entendimiento.
Mis sentimientos me han llevado por malos caminos, he pensado cosas que quizás la mayoría nunca han pensado, ni reflexionado. Desde auto sabotearme hasta quitarme la vida mis sentimientos siempre a flor de piel me han dejado secuelas psicológicas que nunca he dicho a nadie.
El Erasmus, ya sea donde sea, es un ejercicio mental solitario. No puedes pedir ayuda tan fácilmente. No puedes ir a un psiquiatra ni psicólogo, a menos que te sea estrictamente necesario para evitar hundirte completamente. Comprendes que las relaciones que te rodean pueden ser pasajeras y es posible que a la mínima dejéis de hablar, incluso quizás nunca les hables de tus problemas o de tu pasado. Es un ejercicio personal. Y en mi caso, ha sido sobre la comprensión y empatía hacia los demás.
Soy una persona que se pone enferma rápidamente y a menudo. Y en estos casos normalmente no puedes dejar que todo el mundo se preocupe por ti, tan seguido ni tan fuertemente cada vez.
He comprendido que por muy mal que esté o por muy sola que me sienta, no puedo forzar a los demás a comprenderme ni a cuidarme ni tenerme en cuenta. No puedo hacerles sentir culpables de mi egoísmo.
El Eramus es un ejercicio que debo hacer para en el futuro continuar adelante por mí y por los demás.
No importa si los demás no te tienen en cuenta pero tú si quieres tenerles en cuenta a ellos. No es injusto que lo hagan, es injusto culparles por lo que sienten o hacen. Muchos de ellos quizás nunca se lo han planteado, porque es normal no hacerlo. No son insensibles, no son malas personas.
Eso no quiere decir que yo lo sea.
Somos diferentes y vemos todo de diferente color.
No puedo villanizar a nadie, ni culpar, ni recriminar ni juzgar sólo por cómo mis sentimientos han interpretado sus acciones.
El Eramus me ha dejado hacer un ejercicio mental y personal.
Sobre mi vida y cómo la de otros afecta a la mía.
Quizás al volver a casa para el siguiente cuatrimestre, aprenda cómo afectar la vida de otros y como sus vidas son afectadas por la mía.
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